Rinitis, cómo curarla
La primera vez que llegó el
síntoma a mi vida, fue cuando estuve viviendo durante un año en una casa que
presentaba bastante humedad en sus paredes y closet. Siempre se debía hacer un
control para absorberla y evitar que el hongo se propagara en las paredes. Utilizamos
muchos métodos para controlarlo, como gel de sílice, impermeabilizante,
absorbentes de humedad, etc.…
Pero todo fue en vano, porque
adquirí una alergia que estuvo presente por más de 10 años, todos los días
amanecía estornudando, con picazón en el paladar, congestión nasal, inflamación
en la mucosa, secreción, estornudos, resfrío nasal que parece no tener cura.
Me volví alérgica a los olores
fuertes como detergentes, perfumes, cremas, al polvo de habitación, al polen, era
sensible a cualquier sustancia que penetrara en las fosas nasales con el aire, cualquier
microbio que se asentara en la nariz, provocaba una reacción de alergia.
Una vez al mes, padecía de
rinitis espasmódica, también conocida como fiebre de heno, esta se caracteriza
principalmente por una crisis de estornudos intensos y repetidos, lagrimeo y
abundante secreción acuosa de la nariz, dolor de cabeza, oídos tapados, aparece
como un síntoma de resfrío, que se quita al día siguiente.
Visité muchos médicos, y era
desalentador escuchar que nunca se iba a curar, que tenía que vivir con esto
toda mi vida, entonces las pastillas que solía tomar para controlarlo eran:
Loratadina, Cetirizina, nebulizadores aerosoles, fármacos utilizados para
tratamientos de alergias, antihistamínico que me causaban somnolencia y una sensación de cansancio
constante, de no querer hacer nada, esta afectación es capaz de tumbarte a la
cama y bajarte el ánimo, conlleva a la depresión, ataques de ansiedad,
problemas en los oídos, dolor en el pecho, este último es causado por los
estornudos bruscos, hay una contracción simultánea de los músculos abdominales
y el diafragma.
En la parte estética, la piel
luce pálida y con bastantes ojeras, dando un aspecto físico de cansancio.
Ya no quería seguir usando
fármacos, así que necesitaba tratar esta afectación de una manera natural y no invasiva.
Si eres de los que padeces de rinitis, que te levantas todos los días estornudando, con secreción nasal, picazón en el paladar y en la nariz, esto te ayudará, porque a mí me está ayudando y me siento feliz de haber encontrado esta solución natural, que hoy quiero compartir contigo.
Coincido con los médicos de que
no existe una cura para siempre, pero sí existen tratamientos naturales que
pueden controlarlo por mucho tiempo, inclusive hasta el año. Si en algún
momento recaes, simplemente retomas el procedimiento.
Tratamiento # 1 gotas de remolacha
Advertencia: Antes de realizar este tratamiento consulta con tu
médico de confianza, si presentas algún tipo de reacción adversa con la remolacha,
o con la administración de cualquier tipo de gotas nasales. Administrar con
precaución. Este contenido es informativo.
Lo que necesitas:
1 remolacha pequeña
1 gotero
Preparación:
Picar la remolacha en pedazos,
extraer el jugo, y agregarle solo un poquito de agua para que no quede tan
fuerte la primera vez que lo uses. El líquido lo viertes en un envase con
gotero, puedes reutilizar cualquier envase de plástico con gotero de cualquier
producto farmacéutico.
Posología:
En las noche
preferiblemente, antes de dormir, aplicar vía nasal, dos gotas en cada lado.
Este tratamiento natural es por una semana.
Reacción:
Empezarás a estornudar
repetidamente, sentirás aún más profundo el picazón en el paladar (parece
empeorar), pero esto durará unos minutos, el jugo de la remolacha está humectando
el conducto nasal inflamado y aliviará el malestar.
Efectos secundarios: momentáneo y
leve dolor de cabeza (detrás del hueso, la ceja), como el que se suele sentir
en la sinusitis.
Indicación:
Notarás el cambio
inclusive al día siguiente, ya no amanecerás con estornudos ni con secreción
acuosa en la nariz. En mi experiencia realicé el tratamiento durante una semana
completa, luego descansé unos días, y volví a retomar hasta cumplir el mes.
Tratamiento # 2 Vapor de cebolla
Después del tratamiento con la remolacha, me sentí mucho
mejor, la rinitis desapareció por varios meses y eso era un avance para mí,
porque todos los días de mi vida, amanecía con alergia. Después de un periodo
de quietud, regresó, pero menos agresiva.
Suspendí el tratamiento de la remolacha, porque encontré uno
menos traumático, fácil de usar y con resultados maravillosos.
Lo que necesitas:
Una cebolla cabezona sea blanca o roja.
Una vaporera (de cocina o de uso facial) si no tienes,
utiliza una simple olla.
Preparación:
Picar la cebolla y cocinar en agua por unos 15 minutos. Retiras
del fuego en caso tal de que uses una olla, si usas una vaporera simplemente te
acercas para inhalar el vapor por unos minutos.
El vapor posee notables efectos terapéuticos, la cebolla incorpora
al vapor sus principios volátiles sobre las vías respiratorias.
He probado otros vapores como el del eucalipto, pero no me
funciona.
Este tratamiento terapéutico lo realizo dos veces por semana
antes de ir a dormir, los resultados lo notarás al día siguiente, inclusive
desde el mismo momento en que inhalas el vapor sientes alivio. Si lo haces con
frecuencia estarás libre del síntoma.